sábado, 15 de agosto de 2015

Extracción dental por agresividad

Cuando el propietario de una mascota solicita al veterinario que se efectúe la extracción de los cuatro caninos de su perro para evitar que agreda  o en su defecto se le aplique la eutanasia, coloca al médico en un dilema tanto ético como médico y actualmente hasta legal.

La American Veterinary Medical Association (AVMA) se opone a remover o reducir los dientes sanos de los perros como un tratamiento para la agresión canina. Este acercamiento al manejo de la agresión no está dirigido a tratar la causa de la conducta. El bienestar del paciente puede ser afectado de manera adversa, si el animal es sujeto de procedimientos dentales, que son dolorosos, invasivos y no están tratando el problema de la conducta. La remoción o reducción de los dientes por razones no medicas también pueden provocar condiciones patológicas orales. Además, los perros pueden todavía ocasionar lesiones severas con los dientes restantes, y la remoción o reducción de los dientes puede dar a los clientes una sensación de falsa confianza. La prevención de lesiones y el bienestar del perro se tratan mejor a través de asesoría y modificación conductual por un experto calificado en conducta. Hasta aquí lo manifestado por la AVMA.

Por su parte la American Veterinary Dental College (AVDC) menciona que cuando se presenta un caso de un animal agresivo en donde otras medidas correctivas han fallado (incluyendo pero no limitando a la modificación de la conducta) el veterinario a su discreción puede recomendar extracción dental total en la boca, reducción de las coronas (al margen gingival) o eutanasia. El AVDC entiende que la remoción de las coronas de los dientes puede ser necesaria en casos selectos. La extracción completa de dientes en la boca es un procedimiento invasivo. Deben utilizarse técnicas quirúrgicas orales que minimizan el traumatismo, y deben tomarse radiografías post operatorias. Deben usarse técnicas eficientes de anestesia, nonitoreo  y control del dolor pre y post operatorio. Debe entenderse que la remoción de las coronas de los dientes como tratamiento para la agresión canina no garantiza la prevención subsecuente de lesiones a gente o a otros animales. Hasta aquí lo manifestado por la AVDC.

Mi opinión al respecto:
Cuando un perro muerde, no hay duda de que los dientes pueden causar graves daños a la piel, tejidos blandos y músculos. Incluso cuando los dientes de un perro no perforan la piel, la propia mordedura puede causar moretones en el tejido blando subyacente. 

Un correcto manejo y la modificación de la conducta realizada por un profesional con experiencia, (no manejador o entrenador lírico), es el protocolo preferido  cuando se trata de lidiar con el comportamiento del perro agresivo. Por supuesto este método se ocupa después de excluir las condiciones médicas. Sería injusto recurrir a un procedimiento drástico, cuando la agresión puede ser debido a una condición médica subyacente, como el hipotiroidismo o el dolor crónico.

La agresión es a menudo un comportamiento defensivo realizado por perros ansiosos o temerosos, y un perro sin dientes o con las coronas rebajadas no podrá hundir sus colmillos en la piel, pero sus niveles de estrés bajo pueden permanecer altos y abordar esto es crucial a fin de aliviar el sufrimiento del perro.

La eliminación de los dientes en mi opinión, no debe ser considerada a menos que todas las otras opciones de tratamiento han fracasado. Y recuerde: un perro agresivo con los dientes extraídos todavía tiene el potencial de ser peligroso.

Reciban un saludo.


2 comentarios:

  1. Muy interesante el artículo, además que en otros comentarios es importante educar al perro y evitar hacerlo agresivo con la finalidad de no llegar a estos extremos ya que es importante prevenir de ahí utilizar adecuadamente la psicología canina.

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