La experiencia nos ha indicado, que la percepción del propietario acerca de su mascota y de la eutanasia, es un factor importante. Cómo se siente el propietario acerca de su mascota, el problema y la probabilidad de que mejore el problema, afectan su dedicación a un programa de modificación de conducta. Si el propietario ha decidido que el problema no puede arreglarse, el resultado por lo general es insatisfactorio aunque el propietario nos busque para la asesoría. Una actitud defensiva preexistente, sabotea el programa de modificación de conducta, aunque si es posible que el problema se cambie. La asesoría cuidadosa con estos clientes a menudo resuelve varias de sus dudas y hace que los clientes sean participativos.
En ocasiones existen posturas opuestas en el hogar con respecto a como la mascota y el problema deben manejarse. Estas divisiones familiares pueden reducir de manera apreciable la eficacia de cualquier programa puesto en marcha, Entonces cuando los clientes tienen que tomar la decisión abordamos el tema de manera abierta.
Es muy importante para nosotros saber si el propietario está temeroso de su mascota o si alguien en la casa ha dado un ultimátum. Ambas situaciones indican, por lo general, un pronóstico bajo para el éxito si el propietario elige intentar un programa de modificación de conducta.
Otro aspecto muy importante y que se convierte en un factor limitante para el éxito son los recursos del propietario: financieros, emocionales y temporales. Trabajar a través de problemas de conducta serios requiere de un contacto repetido con el veterinario conductista. En una visita pueden resolverse algunos cuantos problemas, sobretodo si estamos tratando con problemas por ansiedad o agresiones. El propietario debe ser capaz de dedicarle suficiente tiempo de entrenamiento al respecto y también tener la fortaleza emocional para perseverar a través de los altibajos del programa y de las opiniones y percepciones de amigos, familia y extraños.
El propietario también puede tener aspectos emotivos o físicos que influyen en su capacidad para llevar a cabo un programa con éxito. Al discutir a cerca del pronóstico de la mascota, tenemos que poner mucha atención a si los niños o personas mayores se encuentran en la casa, así como cualquier persona que tenga trastornos mentales que puedan crear una conducta impredecible o caótica. En mi experiencia, la presencia de la familia con tales incapacidades por lo general presagia un pronostico pobre, sobre todo en casos de agresión. De manera similar, las personas mayores pueden tener limitaciones físicas que afectan su capacidad para controlar perros grandes o indisciplinados. Esto coloca en riesgo a las personas mayores, sobre todo de lesiones en caso que el perro empuje al propietario y pone a los demás en riesgo si el perro escapa al control del propietario .
Es un hecho que si el veterinario y el propietario no pueden hallar una manera eficaz de permitir que el propietario controle físicamente a la mascota, el pronóstico será definitivamente malo,
En la próxima entrega abordaremos los factores ambientales y aquellos inherentes a la mascota para decidir si se trata o se eutanasia a nuestro paciente.
Reciban un saludo.
En la próxima entrega abordaremos los factores ambientales y aquellos inherentes a la mascota para decidir si se trata o se eutanasia a nuestro paciente.
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