Con frecuencia se cita a los problemas de conducta como la principal causa de abandono o eutanasia en mascotas. Pero, yo estoy convencido por experiencia, que los propietarios que reciben una asistencia eficaz y competente en tratar los problemas de conducta de sus mascotas en su gran mayoría preservan el vínculo humano-animal y de esa forma retienen a sus animales. De hecho, los estudios muestran que es más probable que las mascotas que reciben atención veterinaria de rutina y los perros que han acudido a clases de obediencia sean retenidos en el hogar.
Aún así, admito que los problemas de conducta pueden ser frustrantes, devastadores y a menudo riesgosos para el a animal o aquellos a su alrededor. Estos problemas también pueden constituir (y más actualmente) una carga financiera sustancial en términos de responsabilidad y recursos para intentar corregir los problemas. De manera típica, controlar o resolver un problema de conducta no es fácil y, en algunos casos, es demasiado riesgo para determinadas situaciones familiares.
En lo personal creo que las opciones que tienen los propietarios de mascotas con problemas de conducta tienen cuatro soluciones posibles:
1- Vivir con el problema tal como es.
2- Reubicar a la mascota en un ambiente más adecuado
3- Intentar rehabilitar a la mascota a un nivel aceptable.
4- Eutanizar a la mascota.
Vivir con el problema de conducta es difícilmente una solución satisfactoria. Y reubicar o abandonar una mascota a menudo impone desafíos adicionales.
Un cliente que ha decidido que una mascota ya no puede permanecer más en el hogar, a menudo quiere enviarla a un hogar diferente, a la proverbial "granja en el campo" ¡cuántas veces lo he escuchado! o a un refugio. Pero reubicar animales con antecedentes de mordeduras, o gatos con problemas de eliminación inadecuada por lo general es difícil, y con los del primer caso es pelear con restricciones éticas y legales. He visto que los propietarios potenciales a menudo adoptan animales por pena, sin comprender la severidad de los problemas que están adquiriendo. Muchos adoptadores asumen que su amor y empatía por un animal se traducirá en automático en una conducta apropiada de parte de los animales ("Todo lo que el necesita es amor y él estará bien") ¡Ojo amigos rescatistas de perros!, las cosas no son tan sencillas.. Además hay que saber, que muchos grupos de rescate legalmente constituidos no tomarán a los perros con antecedentes de mordedura, debido a disposiciones legales si el perro muerde a alguien en el nuevo domicilio.
Si lo vemos desde este punto de vista, en realidad la rehabilitación o la eutanasia son la única opción práctica en muchas situaciones.
El nivel de vínculo que un propietario tiene con su mascota puede variar, pero aún aquellos propietarios que parecen tener poco vínculo pueden encontrar difícil decidirse por aplicar la eutanasia a un animal. Yo he aprendido que nunca se debe subestimar el vínculo emocional del propietario con un animal agresivo, aún si el propietario es el objetivo. Creo que la eutanasia es una intervención personal y permanente, y este procedimiento nunca lo recomiendo a la ligera. Los avances en el tratamiento de la conducta durante las décadas pasadas son considerables. Si los propietarios tienen cualquier inclinación a seguir un tratamiento o si experimentan dificultad en decidir si tratarlo, lo ético y profesional es canalizar el caso a un especialista conductual.
En mi próxima entrega abordaremos como reacciona el cliente ante una situación de decisión sobre tratamiento o eutanasia.
Reciban un saludo
No hay comentarios:
Publicar un comentario