Hola amigos:
En blogs anteriores he
tratado temas relacionados con la agresión en los perros, hoy seguimos en la
misma sintonía y voy a abordar otro tipo de agresión que es mucho más común de
lo que se cree, se trata de la agresión inducida por el miedo en los perros. Es
raro que se reconozca que está basada en el temor y muchas veces se la
interpreta erróneamente como agresión protectora. En realidad se trata de una
agresión defensiva y no ofensiva en la que el perro se defiende a sí mismo y no
a su amo ni a sus bienes.
La agresión por miedo posee
varias características. Muchas veces el perro temeroso muerde cuando se le
acerca la mano o se lo acorrala (o se siente acorralado). Si el miedo fue inducido
originalmente por el dolor o el castigo, el animal puede gruñir, ladrar o
morder cuando se lo amenaza o castiga. Los perros que muerden por miedo a la agresión
suelen infligir heridas en las manos, aunque a menudo también muerden a los
niños en la cara. El objeto de la agresión suele ser lo que les estimula el
miedo, pero se generaliza rápidamente a gente y situaciones similares. Esto significa,
por ejemplo, que aunque al principio el perro temía a un niño de dos años,
puede adquirir miedo frente a todos los niños similares a ese y después a todos
los niños en general. Al principio el perro temeroso puede mordisquear o gruñir
y tratar de escapar, pero es difícil determinar si el animal intentará escapar,
amenazar o morder.
Muchas veces el dueño dice
que las amenazas o ataques son “imprevisibles”. La intensidad del miedo aumenta
con el correr del tiempo y al repetirse las exposiciones. Eventualmente, la
estridencia e intensidad de los gruñidos y ladridos aumentan a medida que el
miedo es mayor. Los ataques pueden variar desde mordisqueos al aire hasta
mordeduras y embestida. La postura corporal y las expresiones faciales son las
del miedo canino combinado con agresión: El cuerpo y la cabeza están muy bajos,
el hocico aparece fruncido y los labios retraídos horizontalmente en un
gruñido, las orejas echadas hacia atrás y la cola entre las patas. Con mucha
frecuencia tienen erizados los pelos del dorso. En ocasiones, este despliegue
se acompaña xe micción, defecación o secreción de las glándulas anales.
La agresión por miedo puede
dirigirse contra la gente o los animales,
miembros de la casa o extraños; ocurre en machos y hembras y en perros de todas
las edades.
Reciban un saludo.
Muy interesante lo que comenta, tuve la experiencia ya que un día me encontraba con un grupo de niños realizando actividades sociales cuando a un señor se le soltó de la cadena su perro y los niños empezaron a gritar y uno de ellos se agarraba tan fuerte de mi blusa y temblaba tanto de miedo que ya nos permitió correr a un lugar más seguro el perro me mordió se aprendió a mi brazo y me lo tuvieron que quitar pero el miedo del niño hizo que el perro nos atacara
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