Hola amigos:
En este blog voy a
comentarles algo sobre aquella agresión que presentan los perros, motivada por
el dolor, el castigo o la irritación, situaciones que muchas veces se presentan
en nuestras mascotas
Atacar la causa de un dolor
localizado es una reacción de defensa en muchos animales. Se trata de una
respuesta protectora natural encaminada al sitio del malestar. Puede suscitarse
durante una variedad de actividades, incluso juegos, al peinarlos, al
medicarlos o al examinar un sitio doloroso. El perro puede gruñir o morder.
Muchas veces, pero no siempre, la amenaza o el ataque cesan cuando el dolor o
malestar desaparecen. La mayoría de los perros no saben si uno “solo jugaba”,
“trataba de ayudar”, o “quería ser lo más suave posible”.
En la agresión inducida por
el castigo, el perro no asocia el castigo con la conducta que se pretende
reducir o erradicar sino con la persona que castiga o la situación en que se
aplica el castigo. En algunos casos el perro gruñe, muerde o ladra a la persona
que lo ha castigado o a un animal o persona que está en las cercanías.
La agresión irritable suele
ocurrir cuando el perro se siente incómodo o tolera menos que lo molesten, como
cuando tiene hambre o está cansado después de haber jugado intensamente. Esto
sucede en perros enfermos y en los viejos. Suelen echarlas orejas hacia atrás y
pueden tratar de escapar. Si no pueden escapar, gruñen o ladran una vez y luego
intentan moverse o morder.
En estos casos de agresión
inducida por el dolor, el castigo o la irritación, cuando se lo provoca
repetidas veces puede conducir a una agresividad persistente una vez
desaparecida la causa del dolor, o malestar, de modo que el animal sigue siendo
agresivo cuando alguien se le aproxima o si se da cuenta de que la gente
retrocede cuando gruñe. Esto puede persistir incluso mucho tiempo después de
haber desaparecido el estímulo original. Además, puede aprender que la gente
retrocede cuando vocaliza o ataca.
Reciban un saludo