Los ataques a personas por
parte de animales domésticos no solo causan traumatismo, ansiedad y temor en la
víctima, sino también incomodidad y tensión en la familia, la colonia y la
comunidad. Nuestro teléfono suena insistentemente con preguntas sobre por qué
suceden tales acontecimientos y como se hace para evitarlos. En los lugares
donde los ataques han producido lesiones graves, mutilaciones o muertes, el
miedo a que se repitan es similar al temor a las actividades terroristas y con
buen fundamento, porque los ataques severos y letales son infrecuentes pero
imprevisibles y las consecuencias son graves. Dentro de las casas, la ansiedad
es grande porque para mucha gente un ataque por su propia mascota es el colmo
de la traición, mientras que si este ataca a otros se suscita tensión en el
vecindario o quizá una importante demanda judicial.
Mucha gente tiene dificultad
para reconocer los signos iniciales de los problemas de agresión. El ataque
violento con una embestida y mordedura que requiere suturas suele contemplarse
como una agresión, pero pocos perciben el labio levantado, la exhibición de los
dientes, el gruñido, el tirar mordisco y el amago de morder o saltar como parte
de un patrón de conducta que puede escalarse. Muchos creen que ciertos
comportamientos agresivos como gruñir o tirar mordiscos al que se acerca a la
fuente de comida o ladrar y amagar a las visitas son “normales” en los perros.
Les paso una estadística de
los Estados Unidos, ya que en México no contamos con esos datos, pero que
revela la importancia de las agresiones en ese país y podemos tomar como
referencia para el nuestro dada la cantidad de perros que nosotros tenemos en
todos los niveles sociales.
Medio millón de personas es
mordida por perros todos los años en los Estados Unidos. Las estimaciones
conservadoras sitúan la cantidad de mordeduras en 2 millones y la cantidad de
muertes en una 10 por eño. La cantidad real solo puede ser estimada ya que la
mayoría delas mordeduras, aunque sean graves, no se denuncian. Se calcula que
el 50% deja cicatriz permanente, el 10% requiere suturas y el 30% acarrea
incapacidad (pérdida de tiempo en el trabajo o la escuela). Las mordeduras de
perro son las lesiones accidentales más comunes que sufren los niños de 5 a 9
años y superan los índices combinados de todas las enfermedades denunciables de
la niñez. La agresión hacia la gente es la queja más común de los dueños de
perros que consultan a los especialistas
en comportamiento de los animales.
La única forma de prevenir
esto en México desde mi humilde punto de vista es consultando con el experto en
cuanto veamos en nuestra mascota alguna reacción de la cual sospechemos la
condición de agresión.
Reciban un saludo.
Muy interesante ya que los que tenemos una mascota debemos ser responsables del cuidado de la mascota porque somos quienes formamos su carácter
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