Aunque los perros sean animales muy dóciles, no están preparados para viajar en coche. Por ello, es necesario tomar una serie de medidas que hagan el viaje un poco más agradable tanto para el animal como para el resto de los ocupantes.
Si es la primera vez que se realiza un viaje con el animal de compañía, lo que se puede hacer minutos antes de partir al lugar de destino es acostumbrar al perro al coche en parado, entrar en el vehículo y permanecer un rato dentro para luego ponerlo en marcha y realizar recorridos muy cortos. Puede ser que el perro ladre sin motivo aparente. Lo que ocurre es que para él el coche no es el que se desplaza: cree que son las cosas las que se mueven y trata de perseguirlas inútilmente.
También hay que tener en cuenta la posibilidad de que el perro se maree. Si la mascota es propensa a ello es una buena solución darle una pastilla anti mareo una hora antes de salir de viaje, aunque la mejor medida que se puede llevar a cabo es evitar que coma antes del desplazamiento. Pero, ante cualquier eventualidad, lo más conveniente es colocar una toalla o cualquier trozo de tela en la parte posterior del vehículo con tal de que no se manche la tapicería.